Atención: Todas las obras del blog "ME ENCANTA SER YO" están protegidas por la propiedad artística de Noris Capin.
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domingo, 17 de abril de 2016

POR TU AMOR

VISITANTES: 19


 
 
 
POR TU AMOR

 
No hay soledad como la mía

cuando el diario vivir me dice

lo lejos que estás de mí.

Escucho la inquietud de voz

que se extrema en seguir

al silencio del sol, falso

retumbo de piedra.

Me consta que este tiempo

es inevitable y febril, forzoso

frente a Dios, y pago mi dicha  

a un alto precio,

que no se equivoca y persiste

en la certeza del amor.

Sé, por Dios, que jamás he

 residido en las tinieblas

de ninguna noche, y tiemblo

al pensar en los intervalos

que en consciencia renazco

por tu amor.

He aparecido y me he visto

como en otras veces, ayer,

de la mano con la realidad

de tantas cosas...

Mas cuando en mí tu recuerdo

acoge mi alma y la envuelve,

como un manto cubierto

de ti

mi encierro huye, vuela, flota

y se aletarga y se refugia
en tu  adorada  imagen  
y en tu voz.


 

noris capin

martes, 5 de abril de 2016

Nuestra resurrección

VISITANTES: 455
Jesús , el buen pastor
Obra de Noris Capin

 
Nuestra resurrección
¿Por qué buscan entre los muertos
al que está vivo?

                                                        Lucas 24:5

La Resurrección de Jesús permanece en nosotros, en nuestro diario vivir y en  cada latido de nuestro corazón.  Nuestra vida toma un  camino vertiginoso y se renueva, se extiende en la amplia sabiduría de Dios.   Él es quien se ocupa de suministrarnos la fe que necesitamos y nos hace  partícipes de Su Resurrección convidándonos a ser mejores seres humanos.
Es por ello que Jesús nos anima a seguir adelante en esta senda llena de espinas, de odio y de violencia —con dignidad y splendor— a través de Su Palabra.
Al meditar el momento al ser Jesús fue bajado de la cruz, las Santas Escrituras nos revelan que fue envuelto en una sábana de lino, blanca, y que su cuerpo inmóvil había sido colocado en un sepulcro excavado en una peña en donde todavía no había sido sepultado nadie.
Las mujeres que lo habían acompañado volvieron a sus casas para continuar con la preparación de perfumes y ungüentos para el día de reposo, según nos narra Lucas en el Capítulo 23: Versículos del 53-56.
Pero hoy nos levantamos nosotros de ese mismo sepulcro en donde Jesús fue colocado. Hoy renacemos al escuchar los himnos de justicia cantar alabanzas de paz y florecemos al despuntar el día con dignidad. Hoy, como en otras ocasiones de nuestra existencia, volvemos a retomar los bríos que se habían quedado en la vigilia de los ángeles y reanudamos nuestras vidas con el aliento de vida y el soplo del Santo Espíritu de Dios.
Ya que hoy permanecemos delante del sepulcro de nuestras dificultades y de nuestros miedos, nos paramos frente a Jesús con las manos llenas de misericordia, de paz, de concordancia y gratitud y nos preguntamos:  ¿Qué haríamos nosotros si nos detuviéramos a contemplar nuestras vidas delante del sepulcro de Jesús? ¿Qué pensaríamos?  ¿Qué cambiaríamos?
¿Pediríamos experimentar la esperanza e incrementar la fe del justo? La fe que es el impulso de vida para entender nuestra propia existencia que persiste en mantener la confianza y la serenidad frente a la vida?   ¿Quizás le solicitaríamos compasión para poder entender los sufrimientos de otros y sentirlos en carne propia? ¿Tal vez le suplicaríamos que nos enseñara amar tal como Él nos ama a nosotros?
¿A lo mejor nos quedaríamos sin voz, mudos, sin valentía y sin ánimo, como cuando hemos sido oprimidos, humillados y vencidos por otras personas y por nuestra inhabilidad de responder con fuerza propia a las vejaciones de abuso corporal y de palabras?
Posiblemente en el murmullo de la soledad o en la algarabía, pudiéramos entender que nuestro cementerio interno no es más que la ausencia de Jesús en nuestra vida,  al temor a lo desconocido y a la angustia por lo que ha de venir...
Dice la Palabra de Dios en Lucas Capítulo 24. —¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que está vivo?  No está aquí, sino que ha resucitado. Acuérdense de lo que les dijo cuando todavía estaba en Galilea: que el Hijo del hombre tenía que ser entregado en manos de pecadores, que lo crucificarían y que al tercer día resucitaría.
Hay que nacer para levantarnos del sepulcro, elevarnos hasta la inmensidad de Dios e implorar, gemir si es necesario, para que las situaciones de nuestra vida sean agradables a Dios, a lo que Él desea para nosotros y actúe.  Hay que doblar rodillas para que haya un cambio delante de la presencia poderosa de Dios, al saber que Él nos observa con un corazón lleno de amor y compasión.
Hay que limpiarnos de las impurezas que nos alejan del camino verdadero, tenemos que pensar detenidamente antes de que nuestros labios expresen palabras hirientes y debemos observar y honrar el bienestar de los demás para disfrutar nuestra propia abundancia y conforte.
Y ahora imploramos a  Jesús que, por medio de Su Resurrección, nos oriente a llegar ser mujeres y hombres destinados alcanzar la plenitud de Su Reino el cual vendrá a nosotros para resucitarnos, para alzarnos, en espíritu y verdad, para poder ser capaces de  postrarnos delante del sepulcro de Jesús, sin vanidad, sin orgullo, con un corazón rebozado de amor y vehemencia y decir:  ¡Aleluya, Aleluya, hemos resucitado!
 
noris capin
 
 

domingo, 20 de marzo de 2016

Y me dijeron...


VISITANTES: 177
Obra en papel de Noris Capin

Y ME DIJERON
 
 



Y ME DIJERON
que tus  ojos se igualaban a la yerba buena,
a los montes lejanos  en donde se visten
los  campos de plantas y de cigüeñas.
Allí donde se acopian los matices
de agua fresca, de sal y de todos los bienes
que respira la tierra.
Me dijeron que eras como la lluvia eterna
y que lo abarcabas todo con tu canto,
que lo ceñías fuertemente con tu abrazo
ante el jardín de todas mis fiestas.
Me dijeron que tu tez era morena
y que ardía la vehemencia de tu frente,
encima de la raíz de todas mis penas
y mi recordada ausencia.
Y te divisé un día al nombrarte mío,
en las alas del frío silencio,
en la escuela,
entre los pupitres que me guarecían
del miedo, de tantas suertes acopladas
a mi mente,
y al destino de tus ojos y tu abrazo.

 


Obra de Noris Capin
"Pensamientos morados"

FUE MI SUERTE

 

 

Fue mi suerte la misma suerte de los pobres
y fui como un ave doliente tratando de volar,
 hacia una marea crujiente y por encima
del mar que eleva mi  voz.
Fui lo mismo que un trecho lleno de abrojos,
colmado de piedras, de indígenas vestiduras,
de bolsas saciadas de culpas, de mortíferas
ingratitudes desde el mes de abril.
Soy, soy, como una prenda sin lustre, soy,
como una llamarada sin labios, como la luz
que no se enciende al salir el sol.
Y ya no me veo como una santa criatura
sin jaula, que no entiende de insomnios,
la que no sabe de agravios, de desdichas
infantiles creadas por otros.
 
Soy la infanta de los campos, mi verdadera
naturaleza son mis ramas, la única dicha
que me acoge son las hojas de mi  árbol
que, cada noche, me envuelve fielmente
con su voz.
Fue mi suerte la misma suerte de los pobres
cuando me di cuenta que mi riqueza
fue siempre mía, —como un regalo
de mi Dios por todos los siglos
de siglos. Amén.
 
 

noris capin
 
 

domingo, 6 de marzo de 2016

Día Internacional de la mujer

Visitantes: 54
Dia Internacional de la mujer
“Una mujer discreta es un regalo del Señor; una
persona educada no tiene precio.  Una mujer modesta es el mayor encanto;
nada vale tanto como una persona reservada.”  (Eclesiástico 26:14-15)


Cada año, el ocho de Marzo tiene un significado especfico para la mujer. En este día se celebra, internacionalmente, el día de la mujer.   Día en donde se realza, como una promesa, los derechos que ella exhorta con voz de cristal y hierro a todos  sus reclamos de igualdad y consciencia.
El ocho de Marzo  se recopilan todas las herencias de paz, de unidad, de igualdad y sacrificio. Son muchos años de lucha incansable a nivel mundial para salvar la integridad de la mujer en todos los aspectos de su género sin dejar a un lado su actuación como mujer y protagonista, llevando a cabo numerosas agendas de identidad y justicia.
Hay muchos aspectos en la vida de la mujer que se niegan a desempeñar un papel secundario en la sociedad en que vivimos, de manera que colocarla detrás de la fila de los derechos humanos es, definitivamente, un atropello moral y austero en contra de la mujer.
El rol de la mujer como madre, como esposa, como trabajadora, ha ganado fidelidad ante los hombres, porque sin el apoyo de la mujer, sin su aportación monetaria y sin su contribución en la educación de los hijos, no hay hombre que pueda existir en la faz de la tierra.   Y lo justo es justo, señores, a la mujer hay que darle el puesto que le corresponde hoy, mañana y siempre para poder dejar atrás las infracciones cometidas en contra de su realidad como ser humano.
Y este es un tema que me absorbe en lo personal, ya que escribo para la mujer: para ti y para mí. Pero la mujer cristiana de hoy, entre todo lo anteriormente dicho, tiene que arraigarse a un estilo de vida en donde Dios es el centro y guía de toda su existencia, sin dejar de observar lo anteriormente dicho, sin ser abusada y confinada a un segundo plano. 
Y todo el mundo necesita un cambio, incluyendo  la mujer. No obstante, cuando se piensa en esa metamorfosis personal, se debe orar para modificar las imperfecciones o  fallas que hayan producido o motivado todo tipo de violencias e imparcialidades en otras personas.  La mujer, ciertamente,  debe de darse el lugar que le corresponde en espíritu y verdad frente a todo orgullo y discapacidad y ante diversas situaciones de la vida.
Mas para transformarse en la persona de Cristo Jesús, hay que comenzar a bendecir en vez de maldecir; la maldición hacia nuestros semejantes causa estremecimientos violentos y profundos a otras personas.  Hay que aprender a orar en vez de blasfemar, sacar de adentro toda iniquidad que la vida ha enraizado en nuestro ser para comenzar la transformación que pone a la mujer en un estado de ansiedad y desconsuelo.
Decidir ser una mujer cristiana es entrar en una nueva etapa, es también saber tomar una decisión para llegar a ser un complemento de paz, de objetividad, de compasión y luz que se ajuste al cambio. 
La mujer cristiana de hoy tiene la responsabilidad de poder renovar todos los aspectos de su vida sin que haya dudas al respecto, infundiendo sobretodo la fe y la humildad. 
De cualquier forma, como sabemos de antemano, todo lo que es nuevo casi siempre supera lo viejo y por lo tanto comenzar ese ciclo de preparación integral toma tiempo y coordinación por nuestra parte.   Formalizar una nueva imagen para nosotras mismas, mirando de cerca todos los aspectos de justicia y rectitud, de dignidad y valor, nos compromete a ser mejores personas para caminar con conciencia y seriedad para respetar la vida de otros y la nuestra.
El ejemplo más contundente e inigualable está en María, la madre de Jesús, la que fue esposa, madre y sierva.  La mujer que fue escogida por Dios como modelo de amor, lealtad, humildad y paciencia para fomentar la dedicación y la honra a todas las damas del Universo.
Ocho de Marzo, día Internacional de la mujer, día en que ejercitamos y cultivamos una mejor existencia para cada una de nosotras, sin violencia, sin ningún terrorismo dentro del hogar, sin amenazas ni chantajes, sin brutalidades, sin explotaciones o abusos verbales para que no se desconcierte y entristezca el interno espíritu de la mujer —que es como una flor del campo—: suave, apacible y obediente a Dios.
Dice la Palabra de Dios en Eclesiástico 26:3: ¡Qué buena suerte es encontrar una buena mujer! Es un regalo que Dios da a quienes lo respetan.  Amén, Amén.


noris capin


martes, 9 de febrero de 2016

El buen amor

VISITANTES: 21
El buen amor
"Si tengo la fe necesaria para mover montañas,
pero no tengo amor, no soy nada."

                                                                                                                 1 Corintios 13:2

El amor es un sentimiento que supera toda la angustia del ser humano.  Vivir sin amor es vivir pobremente durante el efímero tiempo de vida que nos ha regalado Dios.  Existir sin amor es vivir sin aspiración, sin emoción y sin  efervescencia porque, el amor, es el bálsamo que une a los seres humanos y los llena de gracia, de ilusión y de esperanza.  Pero tiene que ser un amor compasivo y misericordioso para que sea un amor verdadero; de esos amores que se desviven, luchan y perseveran siempre sin esperar absolutamente nada del otro.  Eso es el buen amor.
Y no estoy hablando de esas pasiones cegadoras ni de derretimientos confusos que suelen ser cuestionables sino, más bien, estoy hablando de lo que surge dentro del ser cuando el amor se ancla en la profundidad del corazón.    
Es muy difícil entender lo que en realidad significa el sentimiento del amor si no se  experimenta el buen amor.  Es inverosímil concebir que éste sea una pasión
premeditada o una emoción que deja huellas de congoja para toda la vida.  
Es inconcebible pensar que los celos, la desconfianza y el miedo formen parte de un querer generoso y sacrificado ya que eso es incierto. El buen amor proporciona ofrendas de virtud sin límites y en abundancia.
No obstante, la fuerza que deriva del amor va más allá de todas dificultades y desdichas del ser humano y, en cierta forma, el amor es capaz de aliviar y ordenar la vida del hombre y hacerla más duradera, más amable, más robusta cuando se trata de vivir de acuerdo a las ordenanzas de Dios. 
Pero vemos, por Dios, todo lo que se desata cuando el amor es equivocado, cuando nada concuerda, cuando las pasiones desordenadas y los maltratos son considerados parte del amor cotidiano.  Me preocupa cuando una mujer siente que es normal una palabra mal dicha, un empujón, un gesto grosero o una de esas extravagantes mentiras que acostumbran las mujeres a creer.   No, no, amigos, eso no es el buen amor. 
El buen amor, como dicen las escrituras de nuestro Señor Jesucristo es digno y es perfecto, lleno de misericordia, de infinita luz  y paz.  El buen amor florece y no se estanca, no escatima sino que brota constantemente para ser parte del hombre, para ser exactamente lo que Dios desea para sus hijos: paz, honra, virtud, pureza,  bondad y bendición.     
El buen amor se aparta de todo lo que es impuro, de toda maldad que emerge de las miserias de la vida. El buen amor es una alegría permanente, absoluta, vital para que el hombre y la mujer estén unidos en lazo eterno.  
El Capítulo completo de 1Corintios13 nos narra y nos detalla el significado verdadero del amor y la importancia de recibir y dar amor con natural efusión y con la certeza de que se entrega, no como una limosna, sino con el corazón. Cuando existe el amor en nosotras se dona hasta la última gota de sangre, por amor...
La Palabra de Dios nos dice algo impactante en ese Capítulo 14:4-7 y dice así: "Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso,  ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo."
Así como el buen amor arrasa la vida del hombre como un viento suave y bienhechortambién nosotros podemos aspirar a un amor plenario, justo, pacifico, gentil y galante. Un amor respetuoso, un amor perfecto, un amor amplio, un amor halagador que, cumpla, intachablemente, con el corazón y el alma.
Amigos míos, recuerden que el amor verdadero no nace espontáneamente sino que crece y se ensancha, madura y prevalence por siempre.

"Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor." 1 Corintios 13.  Amén.
noris capin
 


 
TOO COLD
 
It's just too cold, too cold to bring myself to life, too cold to check my flowers or to ride my bike.
Yes, it's too cold to get up in the morning  and see that is breezy outside and it's raining again, and again and it won't stop.  Then I glimpse at the sky and I notice the beauty of heaven and  realize how lucky I am to contemplate such a blessing bestowed on me as a gift or an award given from God.

 

domingo, 3 de enero de 2016

Santa bendición

VISITANTES: 365
Santa Bendición
“Bendeciré al Señor a todas horas; mis labios
siempre lo alabarán.”

 
                                                  Salmo 34:1

 
Queridas amigos ya terminó el año 2015 y aquí estamos en el umbral de un nuevo año deseando con vehemencia que el mismo este repleto de bendiciones y de bien.  No hay que temer cuando comienza un nuevo período de tiempo, no hay que hacer ninguna resolución drástica para cambiar los hábitos y transformar los caprichos porque, la decisión o la voluntad de alterar ciertas cosas de la vida, solo depende de Dios, nuestro Señor.

Pero, por supuesto, cuando un nuevo año arriba y se despliega frente a nosotros con esa determinación de ser el mejor año de nuestras vidas, el más esperado y el más misericordioso, le damos paso a la ilusión de que va haber renovaciones que rejuvenezcan y renueven nuestra existencia.

La Santa bendición de Dios regresa todos los días y se extiende en medio de todos las exaltaciones y las confusiones diarias y, a través de todas las contiendas que suelen hacer un espacio de ofuscación en nosotros, la bendición de Dios reina sobre toda iniquidad.

Pero Dios, que bendice y protege los más íntimos momentos con que solemos decir y contradecir las circunstancias que nos agreden y nos desarmonizan, Él nos prepara para bendecir a nuestros semejantes.
Asimismo Él nos da la oportunidad de transmitir a otros la plena abundancia y la gracia como si fuese el mismo Dios quien les otorgara, a otros, la esplendidez de ser bendecidos. Dice la Palabra de Dios en Génesis 12:2 lo siguiente:  «Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una bendición para otros.»

Cuando bendecimos a otra persona le estamos deseando todo el bien conforme a todo lo justo y perfecto que proviene de lo alto. Recordemos que al bendecir acertadamente a otro ser, le estamos concediendo y estableciendo  la Gracia que Dios que ya de antemano Él nos proporcionó a nosotros, ya nos las concedió en bandejas igualmente rebozadas de bienestar.

¡Qué maravilloso es bendecir! Cuanto más nos favorece en lo personal el obsequiar unas palabras de buena voluntad a aquellos que sin saber necesitan del auxilio poderoso de Dios.  Porque quizás el prójimo no sabe o no entiende el significado espiritual de esas poderosas palabras que encierran la fe y la concordancia divina.   Que extraordinario es poder tener la virtud de expresar que lo mejor que sale nuestras bocas es para la enaltecer aquel o aquella a quien bendices.  

Debemos de eliminar la maldición que sale de nuestros labios, ahora mismo.   Tenemos que examinar y corregir todo  disparate que se expresa para perpetuar la desgracia, el infortunio, la aflicción y el daño que se pronuncia al hermano a través de las palabras.  Sin desear o quizás sin pretender el mal hacia otros, estamos quebrantando la salud, la dicha, la honra y la prosperidad a otro ser humano. 

Cuando bendecimos a una persona en espíritu y verdad, quiero decir, de corazón, le estamos dando paso a la Gracia  de Dios y al favor y amparo divino del Padre Celestial. Cuando promulgamos en voz alta las palabras: "Dios te bendiga" estamos abriendo un puente frente al Señor, estamos, de igual modo, confirmando y declarando que la plenitud de la vida sobre otro ser sea bendecida en abundancia tal como nosotros deseamos que nos bendigan. Por medio del bendecir se proclama, de corazón, la máxima dicha que un ser humano es capaz de obsequiar...

¿Porqué es tan fácil decir indignas palabras al prójimo, cuando en verdad tenemos la obligación de bendecir? ¿Somos —quizás utilizados por el maligno—? llevados a pregonar afrentas y perjuicios hacia otros cuando en realidad lo más generoso es decir palabras que traigan prosperidad y amor.

No, no, nosotros somos más que eso; no podemos por ningún concepto ser portadores de frases que hundan y desmoralicen a otro ser humano.  Somos hijos de Dios, retoños del Padre, herederos de paz, de misericordia, hombres y mujeres que honran el bien en todo momento. Ahora y siempre proclamemos la Santa bendición diciendo: AMÉN, así sea. Quien declare esto dice: Ven Señor, Jesús.

«Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo.» Génesis 12:3.

 
noris capin

sábado, 2 de enero de 2016

La infinita noche

 
 VISITANTES:297

EN LA INFINITA NOCHE


Nada de lo perdido vendrá atado a la hierba,
nada, y por ser nada me alzo de la desolación
en donde estoy, y paso como una incógnita.
Mitad sonido y el resto son partículas de sal
que dejo pasar por mi lado, desde el estreno
de mis palabras hasta el final de los tiempos.
He oído la voz y centello, converso suficiente,
más de lo que soy y, de aquello que eternizo
en mi alma, no digo.
Estos días de andar como la lluvia son breves.
Recuerdo he salvado los pantanos descalza,
sin más velo que una túnica de matiz blanco
con que me cubro.
Y así será, porque no sé cómo desaparecer
sin ser percibida, en la infinita noche de ser
como un fantasma.
Triste en aislamiento y en concurrencias voy
a buscarte, hecho una mirada de esperanza
y aún así no estás.  Has subsistido en el aire
y todavía te veo volar como un pájaro.
Nada de lo perdido vendrá atado a la hierba
pero queda, no se extravía y no se estrecha.



ALLÍ VIVIRÉ

 


Adonde mi espíritu me lleve, allí estaré.

Durante los días, luego del silencio,

aquí estoy fuera del centro de las horas,

lejos de mi isla que vibra y se deshoja

en el archipiélago perfecto de mar.

Y me hallaré sentada, junto a la caña,

reuniendo las limosnas que darán

de comer a los ciegos, recostada al quicio

de la vieja escuela, pidiendo una tregua

de respiro a mi ser.

Feliz conmigo, salvando las fechas

que me adormecen, haciendo de ellas

un arroyo de viento, resistiendo la sed

de nostalgia, en la  salvación cautiva

que anida en mí.

Adonde mi corazón me lleve, allí viviré

 en la imposibilidad de querer y no poder

verte.


 


 
ERES


 
Luego de rogar la misericordia de Dios,
te veo a ti, como al principio
de tu soledad estando aún entre la gente.
Te observo, pues, en un andar impredecible
siempre, llevando contigo flores nuevas,
visibles frente al mar, atadas a la vida
y a la eternidad naciente.
¿Cuántas veces tu sonrisa me ha alegrado,
tu sensibilidad he visto florecer en la lluvia?
Eres como un atardecer que no oscurece
nunca, nunca.  
 


noris capin