Atención: Todas las obras del blog "ME ENCANTA SER YO" están protegidas por la propiedad artística de Noris Capin.
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domingo, 18 de enero de 2015

Misericordia ,Señor, para el año 2015

VISITANTES: 164
6
Obra de Noris Capin
Misericordia ,Señor, para el  año 2015

«Yo, el Señor, juro por mi vida
que todos ellos serán como joyas que te pondrás,
como los adornos de una novia.
»

                                                            Isaías 49: 18
Feliz Año a todos ustedes, amigos, espero que este período venidero de doce meses les sea agradable a ustedes y a Dios, para que sus planes y trayectos sean bendecidos y consagrados a Él con fe y esperanza.
Al llegar el nuevo año, todo lo que debemos pedir a Dios es misericordia, benevolencia, comprensión y discernimiento.  Todos necesitamos de la misericordia de Dios para vivir la vida en Su Gracia y Divinidad.  Todos precisamos benevolencia que es la tolerancia de las faltas que podemos ver en nosotros mismos y en los demás. Requerimos comprensión y entendimiento para ver nuestros errores y corregirlos, para que las decisiones y conclusiones que forjamos sean juzgados y perdonados a la orden de Dios. Nos hace falta discernimiento, también, para que nuestros proyectos y pensamientos concuerden y sean una bendición para el prójimo y para el bien nuestro.
Estamos viviendo momentos difíciles, tiempos de gran aturdimiento e infinita consternación. La vida de hoy no permite entrar a la persona en una fase interna, profunda, en donde se puede regresar  a la iniciación del ser, a la consagración de lo básico y a la persistencia de lo primordial que es definitivamente el camino de Dios.
El ser humano se ha convertido en una vasija seca, vacía, que suele ser el recipiente por donde se ha filtrado el agua que Dios derramó a la hora del nacimiento del hombre. Sin querer, el ser humano se zambulle, diariamente, en el mar de las confusiones y del mal. 
Se han perdido los valores que nos inculcaron nuestros padres, los hemos dejado ir detrás de los dioses que no nos permiten ser nosotros mismos.  Dioses con nombres propios no de carne y hueso sino nombres que nos alejan de muchas cosas que no tienen que ver con el espíritu y el alma como el dinero, la envidia, el rencor y la corrupción.
En este nuevo año, que ha comenzado ya, debemos hacerlo nuestro, concebir las cosas a medida de la misericordia de Dios que es lo máximo que le podemos pedir en nuestras oraciones.
Y tenemos que decirle "fuera" a los estreses que nos llevan a la depresión y a los ataques de ansiedad que tan populares son en estos tiempos, y debemos acunar lo indispensable, lo hondo, lo inefable que viene de Dios para nuestra salvación.
¿Y es que no nos damos cuentas, amigos, que el bien que disfrutamos viene solamente de Dios?
¿Acaso no entendemos que las cosas materiales son codicias y deseos de consumismo, de tendencias pretenciosas que perduran solo un instante y se van? 
En el cielo reina la misericordia de Dios que no ve el color de tu piel o el acento con que pronuncias Su nombre. Él no se fija en tu ropa ni se da cuenta de tu calzado, solo se repara en tu infinito y sincero amor.
El Señor escucha tus peticiones y te concede, según su voluntad, tus encargos y súplicas en extensa benevolencia, en amplia comprensión y fidelidad para que tú disciernes y lo comprendas.  Te da, por supuesto, según Su criterio y de acuerdo a tu constancia, a tu carácter humilde y a tu perseverancia de corazón.
Dice la Palabra de Dios en Apocalipsis 15: 3 lo siguiente: «Grande y maravilloso es todo lo que has hecho, Señor, Dios todopoderoso; rectos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de las naciones.» Aquí les invito a leer el grandioso poema de José María Gabriel y Galán que es admirable y de gran sabiduría.
noris capin
 
POEMA

"En la sierra, y en el monte, y en el valle,
y en el río, y en el antro, y en el piélago
dondequiera que mis ojos se posaron,
dondequiera que mis pies me condujeron,
me decían: —¿Ves a Dios? todas las cosas,
Y mi espíritu decía: Sí, le veo.
 —¿Y confiesas? Y confieso,  —¿Y amas?
Y amo.  —¿Y en tu Dios esperas?
Si, en Él espero."
 

José María Gabriel y Galán
1870

Obra de Noris Capin
"Ropa al Aire"

CADA VEZ EL TIEMPO


Cada vez que pienso

en el resurgir del tiempo,

no hago más que mirar

lo que nunca más vendrá.

Y pasan los días y regresan

las noches a oscurecer

los pensamientos,

a hacerlos  mártires sin fe

dentro de la consciencia

que poco pide al despertar.

Oh cada vez que pienso

que ya nada renace,

que nada se rejuvenece

como al principio,

como el perpetuar

de algún verso apenas leído

o escasamente aprendido

en el aire, me niego a estar

a media luz o a morir.

Una asignación del destino

me permite verme de cerca,

en la máxima austeridad

que me impongo, en tiempo

cierto, en la única salida

a toda la costumbre de ver

la vida o abrazarte.


noris capin

 



domingo, 15 de junio de 2014

NATURALEZA INFALIBLE

VISITANTES: 75
 
NATURALEZA  INFALIBLE

Pues esta semana, yendo hacia mi trabajo, con el ceño entreverado, con esos pocos deseos de contestar el teléfono o hacer un drástico contrato lleno de números y palabras, tuve que hacer un alto a mi auto en la concurrida calle de mi barrio.  Los niños, esperando el autobús de la escuela, corriendo de lado a lado, llorando por su "back-pack" olvidado, hizo que me detuviese en medio de la calle.  Un camión de salubridad pasó tan cerca del árbol de framboyán  de la esquina que, en su urgencia indiferente, quebró una nutrida rama cayendo tristemente en el asfalto.
Entre auto y auto, entre las travesuras de los niños cruzando la calle, me paré a recoger la flagelada rama.  En ese momento, la vecina que aturdidamente tomaba su taza de café mientras conducía y, a la vez operaba su teléfono celular, por poco me da un toque en la parte posterior de mi carro.
Obvié el frenazo, reí, hice un gesto de pesar, me bajé del vehículo y alcé mi mano, le di los buenos días, y proseguí a recoger las flores y los bulbos que parecían listos para despuntar en un ramillete  de color naranja.  ¡Qué hermoso!
De manera que muy feliz coloqué la rama en mi carro, le dije adiós a la vecina deseándole un buen día, y continué mi camino hacia mi trabajo.
Pues ya ven ustedes, la belleza de mi hallazgo.  Estas flores maravillosas, de aroma de flora silvestre, de color anaranjado -como la puesta del sol- adornaron mi escritorio por cuatro días.  ¿No es cierto que la naturaleza y los colores pueden hacer la diferencia en la vida de un ser humano?
Acuarela de Noris Capin 2014
LA GRANDEZA DE LA VIDA
Todavía el fuerte color a barro
me indica que hay vida,
vida en la tierra que me vio
nacer,
vida en el tronco del árbol
que sacude sus hojas y mi piel.
 La esencia que emana de algún
remanso fiel, que diviso
en mi memoria,
me recuerda que existe vida.
Hay noche, hay versos, hay sol.
Gratos entornos en todas
mis torpezas,
el verdor de hierba engalana
mi paso, lo besa,
por el camino angosto,
por  la senda de flores gratas
por donde no transito.
Todavía no se me ha acabado
la vida, aún no, no, todavía...
Aún no es la hora del reposo
que resisto en tiempos lerdos,
tiempos en que no puedo ver
la grandeza de la vida.
noris capin








sábado, 8 de junio de 2013

Vive sin ansiedad

Visitantes: 244
Obra de Joaquín Sorolla “Paseo por la Playa”

Vive sin ansiedad, dice el Señor
“Después dijo Jesús a sus discípulos: «Esto les digo: No se preocupen por lo que han de comer para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. La vida vale más que la comida, y el cuerpo más que la ropa.
                                                                                       Lucas 12: 22,23

Quiera Dios que ni la punta del alma toque, con insolente sentir, las delicadas fibras de cada una de nosotras. La ansiedad, el más común de los problemas psicológicos de la mujer, arrasa con vehemencia cada músculo de nuestro ser dejándonos con una sensación de entumecimiento interno, de cosquilleo o nerviosismo, de infecunda desmoralización. Todo el mundo lo siente, nadie está inmune a las vueltas que da la vida, a los sentimientos contraproducentes, a las cargas que se acumulan en el cuerpo, a la horrible y temida desesperación.
Estamos ansiosas por todo: por el trabajo, por la forma que lucimos, por la economía del país, por los hijos, por el dinero, por las relaciones con otros seres humanos, por el trabajo.  Absolutamente todo nos llena de neurastenia y de desagravio sintiendo que nada es como deseamos que sea y todo reverbera al son del histerismo y las pesadumbres.  ¿Cierto?
En fin, como dije anteriormente, el estés es un “todo” que nos precipita a descomponernos durante el día y la noche y, algunas veces, no sabemos cómo salir de esa incertidumbre y desdicha personal que nos hace sentir y transmitir a otros nuestras propias inseguridades y desasosiegos.
Algunas veces la ansiedad se manifiesta con una vaga sensación de tristeza, de infelicidad, de miedo… ya que no percibimos o entendemos que la razón a tanta desventura se debe a no saber cómo combatir la intranquilidad y los ataques de ansiedad.
La ansiedad, produce, inclusive, desequilibrios desfavorables que interfieren y contradicen todos los pormenores de nuestra existencia: impaciencia, turbación, tensión y urgencia. La ansiedad nunca nos resuelve los problemas, al contrario, nos aleja de hacer decisiones coherentes, de crear algo nuevo, de recorrer amplias avenidas, de caminar con positivismo, de realizar innumerables proyectos y  cumplirlos al máximo de nuestra capacidad, construyendo, por decir así, un instante de paz.
La Buena Nueva nos dice que la ansiedad y las presiones son inestabilidades propias del ser humano, emociones sin sentido y falsos temores que atraen el mal: imaginaciones y mentiras, supersticiones engañosas, absurdas hostilidades en las que caemos.  Caemos porque nos falta la unción de Dios y una dosis de sacrificio para ser libres de todos estos males.
Vivir sin ansiedad es renunciar a todas las influencias del mundo, a desprenderse de toda iniquidad y malos pensamientos que vienen de otros, a separarse de las cosas que se presentan en la vida que no son agradables a Dios o a nosotras mismas.
Vivir sin ansiedad es aprender a controlar todo poder ejercido sobre la persona siendo esto un dominio o una autoridad que enaltece y realza la ausencia de Dios. Poder que nos impulsa a admitir el temor en todo momento permitiendo, por aprensión o ansiedad, un comportamiento dictador, dentro o fuera del trabajo o en el hogar –en donde se práctica y se ejecuta– muchas veces, el “POWER”.
Esto trae, como consecuencia, el estrés, la congoja y el desvío de la alegría. Y en cuanto a las relaciones personales, he señalado anteriormente, que el poder de la ansiedad como dominación o sumisión, acarrea, por supuesto, enormes trastornos que resultan destructivos para el amor propio y la dicha personal ya que, de ninguna manera, habida y por haber, no se puede ni se debe aceptar.
Vivir sin ansiedad es mirar la vida desde una dimensión positiva, echando fuera las preponderancias y los malos tratos a la basura, al cesto de lo inservible para dejar que fluya la armonía, la fraternidad entre la gente, fomentando, como un regalo de Dios, la paz espiritual que nos pertenece por sobre todo acontecimiento o persona.
Y dice la Palabra de Dios: ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! Y en todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? Pues si no pueden hacer ni aun lo más pequeño, ¿por qué se preocupan por las demás cosas? Lucas 12: 24,26
 

 
Obra de Joaquín Sorolla
 
EN TIEMPO PROPIO

Siempre en alegría
me acojo al tiempo
en que sonrío.
Nada me precipita
la angustia o cumple
en lo negativo
los sobresaltos.
Todo me salva y nada
queda errando
sino el silencio mío
que suple el dolor
sombrío del adiós.
La paz con que vivo,
en mudez cargada
de espanto,
vagabundea de lugar
en lugar y de tiempo
en tiempo y, sucede,
que en lobreguez
no pierdo la calma.
He hecho un pacto
con mis dolores,
he excluido el ansia,
el tironeo del alma,
el sufrimiento
en que me hundo
cuando sueño.
Mas, algunas veces,
me dejo llevar
hasta donde reside
el empeño, la agonía
traspasada, el trago
dulce del recuerdo.
Mi canto y mi risa
me fortalecen
a seguir mi camino
esperanzada, feliz
en tiempo propio.