SON DEL SILENCIO
El silencio nunca está solo, sino
lleno de palabras.
Tal vez se entienda como un canto o
como una oda,
mas en ciclo de invierno las
palabras nunca sobran
cuando el canto cobra un mundo de promesas.
Es semejante a un murmullo de latas y sorpresas,
como un oleaje sin agua, de negruzcas sombras
que llegan y se prendan al silencio.
La mudez arrasa las horas y
las prolonga,
hasta la última gota de verano, hasta
el barril lleno
de zozobras.
El silencio nunca está de más para quienes
oran,
la fiebre de cristal no cruje ni tampoco
llora,
sobre los quemados campos, o por arriba del sol
sin peto y sin espalda.