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"Primeras Flores de Julio" de Noris Capin en acrilico 07/01/15 |
GOTITAS DE MIRRA PARA EL ALMA
¿Quién es ésta que se
asoma como el sol en la
mañana?
Es hermosa como la luna, radiante como el sol,
¡irresistible como un ejército en marcha!
Es hermosa como la luna, radiante como el sol,
¡irresistible como un ejército en marcha!
Cantares 6:10
Es la temporada de verano,
pero podría bien ser una época de invierno. Nada en realidad cambia dentro de ti, mujer.
No importa que el verano te inunde de calores insoportables, no interesa
si el invierno sea más crudo que el anterior. En realidad sé que no te
concierne o te afectan los cambios de temperatura para nada, si bien hace la diferencia la dejadez con que estás mirando tu
ser.
¿Has
perdido algo esencial al observarte o es que el tiempo desplegó una especie de
manto sobre tu hermosa piel?
Al suceder ese trastorno que
ocurre cuando el tiempo malgasta su calendario sobre ti, sucede, que poco a
poco te has convertido en una persona sin amor propio que camina para arribar
al sillón que espera y se llama vejez.
Quiero decirte que lo último
que se pierde en la vida es la juventud; esa llama interna llamada entusiasmo y
alegría que pronostica la mocedad futura y que no tiene que ver con los años ni
con la inocencia y naturalidad que te permites como un regalo de fe y esperanza.
No tienes que cambiar, no tienes
que modificar tu forma de vida debido al
paso de los años que, al estremecerte con la furia de un huracán, hace que tu
propio enfoque se pierda entre los ejes de la tierra y perezcas.
No hay nada más abrumador
que sentir que los años pesan sobre tu espalda —como
una mochila cargada de piedras y abrumo—
que yo defino como una sensación ficticia y
equivocada que diluye y trastorna la unción dada por Dios.
Pero debes de asegurarte,
desde hoy, a profundizar dentro de tu ser el resultado de este peregrinaje
que empieza ahora mismo. Cultivar ese afán de vivir una vida sobresaliente, te
equipa de amor propio y valor activando tus fuerzas internas y tu orgullo.
Mas debes de aprender a
despojarte de los mitos de la vejez que tienden a desampararte y a desanimarte sin
esperanza y sin fe durante el tiempo de la madurez.
La mujer de por sí es un ser
que tiene certeza en el presente y confía en las posibilidades que le brinda un
nuevo día. No lo mira sin ilusión sino
con confianza y libertad de espíritu. La
percepción que su ser debe poseer tiene que ser valorada por ella misma
para obtener lo mejor que la vida dispone: pureza de alma, honestidad, aceptación,
sutileza y atractivo externo e interno. Al conocerse a sí misma, como un ser
extraordinario, admirable e individual, se rompe el molde de la dejadez, de la
pereza, de la omisión personal y permanece.
Y no es fácil sancionar todas
estas condiciones impuestas que regresan para avisar que el tiempo camina de
frente engañando y pegando fuerte.
Hay que actuar con efectividad
para que la mujer se mantenga en forma, hay que hacer ejercicios, hay que
consumir comidas sanas, hay que cuidar el cuerpo —como
un templo de Dios o como un altar sagrado—; hay que tener pensamientos saludables, íntegros y
sinceros para ser fiel a su propia convicción de amarse a sí misma. Adoptar estas pautas que ayudan a que el
tiempo sea ligero y no vacío de sutilezas, favorecen y amparan a la mujer vigorizando
su calidad de vida y su visión íntima.
Tampoco se olviden de amar,
amar es donar algo de tu propio ser y trasmitirlo en grandes cantidades a la otra
persona a través de la comunicación y el buen lenguaje (sin oprobios ni ofensas) sino con ternura. Amar es vivir por siempre sin envejecer el
alma y el espíritu ya que el amor es indestructible cuando viene de Dios.
Gotitas de mirra, bálsamo de
aroma suave, barniz de perfume y luz para que aprendan que
solo depende de ustedes el mantener la inmortal y venerable juventud.
Dice la Palabra de Dios en
el Cantar de los Cantares: "Viento
del norte, ¡despierta! Viento del sur, ¡ven acá! ¡Soplen en
mi jardín y esparzan su perfume!." Amén,
Amén y que Dios las bendiga.