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ÁNGEL DE NAVIDAD
Yo nunca había visto a un ángel hasta hoy.
Un ángel sin alas, sin túnica, sin halo elevando
su velo sobre el paraíso y la ajada miseria
de la tierra.
Jamás había visto a un ángel sin vestidura
danzar por el cielo raso, tocando un violín
y luego una trompeta sin arpas.
Hoy he visto a un ángel pasar por el túnel
de la esfera, perseverando, mirando el rumor
de la vida —como una canción—o ráfaga
apagando mi silencio, creando un susurro,
un eco, o un tintinear casi imperceptible.
Yo vi a un ángel hoy: digno, noble, cantando
un poema mío, haciéndolo
brillar por el aire,
coronando mi cabeza con sus notas, tomando
control sobre las angustias, organizando
los enojos, alejando los bríos tristes, prohibiendo
las penas inoportunas y sin causas.
Yo presencié a un ángel hoy: amado ángel
de la misericordia, lleno de gracia, justo, sonriendo
con gesto de querubín armado, provisto de gracia,
revestido de fe
regalando su piedad y su luz.
noris capin
®