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El último peldaño
¿Quién podrá desanudar
el lazo de los años?
tan hondo sus caminos,
tan espesas sus arterias,
tan creíble su armazón
intrincado como la matriz
dolorosa de la selva.
Oh, los años, no hacen
más que llenarse de sed,
de yerba; su peso
modifica el sentimiento,
y lo traslada de corazón
a corazón, de invierno
a invierno en una búsqueda
eterna, insaciable,
punzante…
En días hay quietud y vida
imperturbable, auténtica:
exquisito albor avivando
un momento, rellenando
los vacíos de cada estación,
rogando clemencia y luz
a los bienaventurados.
Quien consiga sobrevenir
hasta el último peldaño,
hallará un sueño casi,
casi imposible.
casi imposible.
