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VOCABLO VIVO
¡Qué regalo más hermoso, Señor, es tu Palabra!
Que cortas son las distancias cuando mis dedos
recorren las páginas cubiertas de tus promesas
halladas en el sagrado ejemplar.
Que insignificante es andar por las praderas tras
tus consignas en busca del anuncio
que está frente
mis ojos.
Tu Palabra, mi Dios, transita a través de los
mares,
y es por
ello que las profundidades se hacen menos
misteriosas y menos agresivas; siendo el mensaje
más accesible al navegante sin rumbo.
En cada vocablo hay una esperanza, en cada signo
de admiración la efusión de tu Espíritu,
en cada renglón está plasmada tu historia: viva,
auténtica y cristalina.
¡Tu Palabra está aquí! pulcra, nítida y sin cambios.
El canto añejo de tus antepasados resuena en mis
oídos con como las actuales trompetas.
¡Tu Palabra está aquí! fresca, fructífera, amigable
llena de una emulsión sanadora que traspasa
las fronteras y no delimita el sol de la tierra.
El antiguo Verbo está entrelazado a la nueva alianza,
mezclado en el Tabernáculo donde está tu cuerpo,
y unido a la uva fresca que se convierte en tu sangre.
Todo está escrito de acuerdo a los mandamientos
de Dios para la salvación de todo ser viviente.
¡Qué regalo más hermoso, Señor, es tu Palabra!