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Dibujo de N. Capin |
Aceptación personal
La aceptación personal es un estilo de vida, una conducta interna, es una pasión adherida al espíritu para poder abrazar y perdonar los contratiempos de la vida. Amarse uno mismo conlleva a una aprobación por parte nuestra ya que, a través de la vida, vamos adquiriendo desalientos, tristezas, agresiones, rechazos y soledades –entre otras cosas– permitiendo que comencemos a desvalorizar realmente quienes somos.
¿Alguna vez te has puesto a pensar cómo te sentirías en medio de un inmenso bosque al ver la perfección decorar los más intrincados follajes: las flores silvestres, el musgo cubriendo la tierra, las hojas de los árboles alfombrando la superficie mullida del suelo?
Pues bien, eso es a lo que yo le llamo aceptación. Hemos aceptado, pues, en éste momento, algo que no se puede transformar: el bosque. El bosque es admirable y no pretende ser lluvia ni fuego, ni intenta ser mar o río, sino que se destaca tal como es, un bosque. Nadie lo puede cambiar.
Aceptamos las cosas naturales de la vida pero ¿Por qué no podemos aceptarnos a nosotros mismos de la forma que somos, de la manera que hemos crecido sin preocuparnos si le hemos de gustar a la gente, o inquietarnos porque no somos de la manera que otros quisieran que fuésemos?
Si nos detenemos a traicionar nuestra propia virtud de ser quienes somos, o si favoreciéramos a otros con nuestra conducta para estabilizar una relación o abandonar nuestros propios pensamientos, estaríamos desmintiendo la integridad y plenitud que nos pertenece de ser sinceros con nosotros mismos.
Si nos paramos delante de un espejo debemos de estar satisfechos con la imagen que nos devuelve la luna. La magnificencia propia no se aprecia de afuera hacia dentro, sino todo lo contrario, de adentro hacia afuera. Amarnos es un privilegio, aceptarnos es una bendición.
Soy yo
¿Quién va a impedirme ser yo,
quién va a desviar mi destino
y tirarlo a las sendas del dolor
para que parpadee el torrente
de mi alta estima?
Me acepto y, al aceptarme,
rompo las cruces de la mente
y dejo fluir el gozo, el agrado
de ser yo misma, la felicidad
de conocerme y descubrirme
tal como soy.
Motivación
Estoy activando la motivación del alma,
que es el proceso de amarnos y de situar
la sensibilidad y apreciación individual
en el lugar propicio.
La indisponibilidad de socorrer nuestras
propias necesidades, dan paso al deterioro
de la auto estima y la pérdida de atención
al cuidado corporal y del alma.
El valor interno, va más allá de vestirse
bien y poseer cosas materiales; el fervor
personal sustituye toda creencia de vacío
e indiferencia cuando el brío deja de ser
energía instalándose la tristeza.
Nos olvidamos de que estamos bajo la luz
de una lámpara y no podemos percibirnos
frente a la angustia y el rencor, y le damos
la bienvenida al dolor a pasos agigantados.
La consideración reside en no olvidarnos
de que hay vida bajo la piel del cuerpo; saben
ustedes perfectamente que la estabilidad
emocional es indispensable para vivir
de acuerdo a las normas de Dios.
de acuerdo a las normas de Dios.
La dignidad dicta el ardor de no disminuir
la llama de la esperanza, ya que la ilusión
es la luz que abraza a cada uno de nosotros
en medio de la desesperación.
en medio de la desesperación.