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Canto a la esperanza
El Señor tu Dios está en medio de ti;
¡él es poderoso, y te salvará!
El Señor estará contento de ti.
Con su amor te dará nueva vida;
en su alegría cantará.
¡él es poderoso, y te salvará!
El Señor estará contento de ti.
Con su amor te dará nueva vida;
en su alegría cantará.
Sofonías 3:17
La esperanza es el reverso de lo imposible o lo inalcanzable. La esperanza, según la Palabra de Dios, es la victoria para aquellos que creen y para los que ponen su confianza en Su Palabra y en Su amplia misericordia.
Lo imposible es algo que no se puede alcanzar aunque
las aspiraciones digan lo contrario, aunque desear conseguir ese algo sea
una ilusión abolida por la acritud de los años y la negatividad. Lo
inalcanzable a nuestros deseos humanos hace que languidezcan las aspiraciones
de apurar los sueños que se adhieren al alma diariamente. Pero no tiene
que ser así si hay ánimo e ilusión en el corazón. Lo inaccesible debilita las
voces impulsivas del espíritu al quebrarse las quimeras con el pasar del
tiempo. Querer abrazar lo ansiado es una ofrenda para no dejar de soñar
por lo que se suspira desde fondo del alma: ese ardor que activa el desvelo de
querer realizar lo irrealizable para vivir con una expectativa siempre. Es
mirar las cosas con confianza, con placidez, con la perspectiva de lo viable y
con la fe que fecunda los pensamientos más limitados y tristes dentro
de la imposibilidad de las cosas.
Lo infinito está muy lejos para ser palpado con
seguridad e infalibilidad, pero la invitación que encierran las casualidades y
las circunstancias de nuestra existencia, que dan y vueltas a través del
tiempo, en donde estamos, nos dicen que no son fábulas escritas en las páginas
de un libro ausente. Lo perdurable es lo eterno, amigos, lo de hoy no es
más que una ilusión puesta en el horno de la esperanza.
Sabemos que lo inmortal es lo que hacemos con la
abundancia de ser libres e infinitamente admirables desde nuestro campo
interno. El poder penetrar por la vía de la claridad del presente, recoge la
esencia de lo posible, de lo que se ha de buscar por arriba de las objeciones y
por el intento de salvar un impedimento en medio de lo que es
factible. Palpar la idea de lo imposible, obliga a que suceda algo, a que
el bien sobrevenga y se vislumbre un porvenir al final del horizonte.
La capacidad de vivir atesorando un futuro,
orlado de alegría, atrae la esperanza y una eventualidad para quien la busca
dentro del incomprensible pasar del tiempo.
Tengan en cuenta que al filo de la imposibilidad
quedamos sufriendo, a tientas, en medio de la oscuridad, a ciegas frente al
destino, presos, reclutados en la tenebrosidad del universo y la
vida. Al filo de la imposibilidad permanecemos en una larga espera,
sin incentivos propios, sin un estímulo que rompa con las cadenas de
la impotencia y la desdicha. Al filo de la imposibilidad se precipita la
total creencia de que no hay nada de por medio que diluya lo que está escrito y
preconcebido por Dios antes de nuestro nacimiento o durante la espera en
el vientre amoroso de nuestras madres. Y con esa certeza, sustentadas por
la fe, seguimos adelante en nuestro caminar diario por la vida, siempre con la
mirada fija en Dios Todopoderoso
sintiendo el ruido del silencio y los gritos de los vientos que
aguijonan las puerta del alma, es solo un pasajero estar en donde esperamos
pacientemente.
La viabilidad es Dios, en medio de las
piedras que bordean el camino, Dios es quien nos salva de todo lo que no se ha
logrado, de lo perdido, de lo malogrado y lo que se habrá de alcanzar de una
manera u otra, dada a la voluntad de Dios. Él es la opción para lo indecible y
la confianza para aquellos que esperan fielmente en la luz o en la sombra para
siempre dar gracias, siempre en vigilancia a los cambios que suelen venir
cuando menos lo esperamos.
Y dice la Palabra de Dios que “A todo puedo hacerle
frente, pues Cristo es quien me fortalece" Filipenses 4,13. Amén, Amén, Amén.
noris capin
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