CANTO DESESPERADO:
¿No te das cuenta que estoy en medio 
 del desierto? ¿No sabes, Señor, el peso 
 que llevo dentro?
¿Por qué me has abandonado, si sabes
  que te busco con desesperación 
y congoja?
¿Por qué me ignoras y me viras 
la espalda cuando más te busco 
en medio de mi tristeza?
en medio de mi tristeza?
¿Por qué te escondes de mí?
¿Por qué no te siento junto a mí
como al principio?
CANTO ANSIOSO:
Yo te busco, Dios mío, en el desierto, 
en los ríos, en las montañas 
y en el inmenso mar.
Por la espuma de las olas corro,
para descansar contigo en la orilla.
En los ríos me adentro al caudal feroz
de las aguas, buscando allí tu presencia.
Yo te busco en la pradera y en el cantar
del pájaro, te busco en la risa
de un niño y al despunte señorial del alba.
Te busco en el bullicio del día y el repicar 
de las campanas.  
¡Te busco, 
te busco,
te busco!
te busco,
te busco!
En el silencio voraz me hundo, hallando 
el vacio de mis propias palabras.
Te busco en la tierra y en las piedras;
en mi inquieto andar, te busco y me pierdo 
en el ríoy me ahogo.
en el ríoy me ahogo.
Buscando estoy tus huellas en el sendero
incierto, lejos de mí, de mis cantares
y del verso.
y del verso.
Oh Dios, allí te llamo, grito, lloro 
mas no te encuentro...
¿Por qué me has abandonado?
¡Sálvame, 
sálvame,
sálvame!
sálvame,
sálvame!
CANTO RESPONSORIAL:
—No te he abandonado, hijita. 
¿Es que acaso no me encuentras
 en el desierto? ¿No me distingues
en las colinas y en las plantas
de mi huerto?
Yo Soy el cactus que subsiste
entre las piedras y Soy la arena 
del vasto paraje.
Soy el sorbo de agua que te da 
de beber cuando tienes sed, 
 Soy el río que espera la lluvia 
en tiempos de sequía.
Soy el árbol que te da sombra, 
cuando el sol descarga sus rayos 
sobre tu cabeza.
Soy la neblina que ampara tu andar 
errante y protege tus pasos de día 
y en la oscuridad.
Soy el aire que te abraza con ilusión
de niño, Soy la tempestad te que avisa
que vienen mejores tiempos.
Soy el calor que se adhiere a tu espíritu,
cuando la escarcha cubre tu alma 
y la deja al descubierto.
Soy la brisa que te brinda conforte 
y te sorprende con una caricia.
Soy el manantial fresco que te baña,
cuando todo es incomprensible y dañino.
Soy la tibia sonrisa del hermano herido;
Soy la cobija que buscas cuando tiemblas
en tu propio lecho.
Soy la malesa cuando te escondes
del temporal incierto y los hombres.  
Soy el argumento que te invita a pensar 
con cordura, cuando una palabra quiebra 
la profundidad de tu alma. 
Soy el bálsamo que cubre tu rostro, 
cuando no hay otro remedio que cure 
tus dolencias y tristezas.
Yo Soy el que se desvive por ti, 
aunque no sientas que estoy a tu lado
para secarte una lágrima.  
Yo Soy el sostén cuando tus pies 
no puedan dar un paso al frente. 
Soy la brisa, el calor, soy el resplandor 
en días de lluvia y en tiempos grises
de verano e invierno.  
Soy,
Soy,
Soy.
Soy,
Soy,
Soy.
con todas tus imperfecciones,
con todas tus virtudes y más.
Porque Soy quien Soy, te salvo 
cuando el mar un centenar 
de añoranzas.
Porque Soy quien Soy, 
no dejo pasar la brisa sin
que acaricie tu cuerpo.
no dejo pasar la brisa sin
que acaricie tu cuerpo.
Porque Soy quien Soy, 
pongo a tus pies un nuevo
amanecer y una Palabra
sabia.
pongo a tus pies un nuevo
amanecer y una Palabra
sabia.
Porque Soy quien Soy, 
te recojo de los escombros
consumados por el llanto.
te recojo de los escombros
consumados por el llanto.
Porque Soy quien Soy, 
aclaro tu mirar ausente
y tu ansiedad que abarca
aclaro tu mirar ausente
y tu ansiedad que abarca
tu cuerpo humano.
CANTOS DE RECONCILIACI  ÓN:
Me reconcilio con mi dolor
y respiro, sueño, te recibo y te siento.
¡Siento el soplo de Su Santo
Espíritu!
Ahora,
ahora,
ahora.
Me reconcilio con mi dolor
y respiro, sueño, te recibo y te siento.
¡Siento el soplo de Su Santo
Espíritu!
Ahora,
ahora,
ahora.

 
Angustioso canto, pero al final esperanzador...
ResponderEliminarFelicidades.