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COMO UN ÁNGEL
I
No sabes cómo me encanta mover mis huesos,
verlos bailar en cada estación y en cada albor
como si fuesen sandalias acabadas de comprar.
Dicen los libretos que me asemejo a un bullir
de vuelo, a un pez, saltando sobre los límites
de mi porvenir y flotando bajito sobre el tablero
sólido de mi andar.
II
Nunca me habían dicho que sería una danzarina
de paso, que aquello que hacía moverme
-de lado a lado- sobre la punta del sol y la vid,
no era más que un secreto misterioso del mar.
Nunca me habían dicho que sería una danzarina
de paso, que aquello que hacía moverme
-de lado a lado- sobre la punta del sol y la vid,
no era más que un secreto misterioso del mar.
III
Oh... la falda sin planchar me elevaba, me subía
Oh... la falda sin planchar me elevaba, me subía
como a un ángel, los pliegos de mi enagua latían
sin cesar sobre los aires del palmar.
Las cintas, oh, las cintas de mi cabello ceñían
los cuatro largos siglos ociosos sin amar...
IV
La víspera de sones me traían tantas memorias,
La víspera de sones me traían tantas memorias,
vueltas sobre el viento retozaban en mi regazo,
la punta de mis pies alcanzaban la vida, la única
estela de mi sombra huía juiciosa sin cesar
la punta de mis pies alcanzaban la vida, la única
estela de mi sombra huía juiciosa sin cesar
V
Tantos desmayos crecen infieles a mi nombre,
cuantos dolores acabaron por lanzarme al suelo,
un sin fin de clamores me perseguían por la cola
Tantos desmayos crecen infieles a mi nombre,
cuantos dolores acabaron por lanzarme al suelo,
un sin fin de clamores me perseguían por la cola
del baile sin descansar.
VI
Y ahora recojo mi pañuelo y me lo acomodo
en mi añoranza, lo aprieto contra mi pecho, lo velo
como a un río que danza, que salta sobre las íes
de mi intenso soñar.
noris capin
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Del blog Me encanta ser yo, gracias por su visita