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domingo, 4 de mayo de 2014

SON DE NADIE

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La niña de los ojos tristes
 
Va y viene la niña de los ojos
tristes. No tiene origen ni final.
Ella viene y va con un juguete
tapando huecos del naciente.
Tratando de que el camino sea
propicio a los recuerdos.
Aquí está y como es indiscutible
ya no sonríe, no tiene opinión,
no tiene dichos de la patria.
Va triste en medio de la selva,
viendo que ya no va a sonreír
nunca más.

 
 
¡Aprovechemos bien el tiempo!
¿Quién puede contar los granos de la arena del mar,
las gotas de lluvia, o los días de la eternidad?
                                                                                          Eclesiástico 1:2
El autor del bellísimo libro de Eclesiástico se abre para darnos múltiples consejos a cada una de nosotros acerca del tiempo en que vivimos.  Recomendaciones y advertencias que, en pocas y muchas palabras, nos muestra los tesoros escondidos de la vida.
La sabiduría, tales como ésta: "Hijo mío, aprovecha el tiempo, y huye del mal" nos alerta hacia una existencia plena y nos forma la consciencia de su fragilidad.  Esa divina enseñanza nos prepara, nos hace meditar que hay muchos momentos para entender el precio de su sagrada inmensidad. 
El tiempo nos educa para que sepamos que todas las situaciones tienen un comenzar y un fin y que  nada es eterno ni estable como la fe que nos instruye y nos ilumina.  El Espíritu de Dios nos inculca tanta sutileza y verdad que, a pesar de los maltratos de la vida, somos capaces de entender que el tiempo no dice la última palabra.
La última palabra la decimos nosotros, con la ayuda de Dios, cuando nuestras obras tienden a ser basadas en Su Palabra sin cuestionamientos terrenales, por supuesto.  Ella nos confiesa, sin reparos, lo que tenemos y debemos de hacer en tiempos de alegría y tristeza y nos dice y nos confirma la verdad.  Y el tiempo, tan frágil y escurridizo, tan impersonal y tan enorme, nos lleva de un lado a otro
casi siempre sobrecargados de acritud y destemplanza. Pero no tiene que ser así si sabemos de dónde viene la justicia de Dios y a donde nos lleva Su misericordia. 
Pues qué, tan preciado e incansable es el tiempo, que algunas veces nos aleja de lo que evidentemente es importante. Entendámonos... ¿Qué es el tiempo?
Desde el punto de vista de un filósofo quien nos diría que:  «El tiempo es la duración de un ser sucesivo» eso nos deja con una sensación de inestabilidad... ¿Qué quiere decir eso?
Un poeta nos señalaría: «El tiempo es la imagen de toda inmortalidad  y plenitud». Yo diría que "El tiempo es el encantamiento del ser humano, una pizca de aliento en las manos del viento".
Nuestra vida corta o larga— está basada en el tiempo que no deja de correr como si fuese normal el caminar inquieto del reloj. El tiempo no toma en cuenta de qué modo lo utilizamos.
¿Cuál es el concepto del tiempo? ¿Qué nos trae sino tardanzas y prisas, abundancias y escaseces, miserias y dichas?...
Diría que el tiempo es el contar de un respiro —casi imposible de tocar, casi inalcanzable y ameno, totalmente grato e improbable y que no se puede abrazar.  Y es por eso que les debo decir que el tiempo es una ola que no deja rebotar su agua contra la arena del alma.
Las tres propiedades que tiene el tiempo, a mi parecer, son tres: 1) El tiempo es fugas en su curso cotidiano.  2) El tiempo es bribón en su decisión de armonía. 3)  El tiempo es temible en su duelo y combate. (Es por tanto es muy sabio y original).
Abundan en la Santas Escrituras las bella metáforas que se pregona la brevedad de la vida del hombre. Y se compara a la saeta que sale disparada de un arco, que silba levemente al pasar y enseguida queda clavada en el blanco. ¿Así es nuestra vida?
¿Qué haremos para aprovechar el tiempo de gracia? ¿Qué planes serían los gratos para seguir insistiendo en su santa e increíble eventualidad?
Pues simplemente viviendo y aceptando los planes de Dios, haciendo la vida llevadera —siempre en libertad de espíritu, siempre serena a los percances, siempre en oración— y  para que el tiempo sea agradable a Dios Padre, debemos de seguir ciertas instrucciones. Santifiquemos el tiempo que nos toca vivir, hágamelos nuestro en su andar apresurado. Cuídemelo.  Como dice la Palabra de Dios:  «Obremos el bien, ahora que tenemos tiempo» Amén.
 
 
Detalle de  la obra "Flor de Mayo"
por Noris Capin
 
 
SON DE NADIE
Son de nadie, mío,
son del hermano,
de brío, de nadie.
Suena por el agua
la calle, la hierba
junto al rocío
quiebra, desagua
el río  refrescando
tu siembra.
 
En ti se escucha
la hacienda
llenarse de voces,
de arrullos y lirios
divinos, de sones
en pleno fulgor.
Son de nadie, tuyo,
mío, son de papel
fornido, de verso
manso, sollozado
como el cuerpo
ido del amor.
noris capin

3 comentarios:

  1. Preciosas palabras, precioso poema, preciosas pinturas...
    Nunca he contado los granos de arena, ni las gotas de lluvia, pero hay que vivirlas, porque se van de entre los dedos muy rápidamente..
    Un cordial saludo....

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  2. Una buena entrada mi querida Noris. He venido muchas veces a leerte y no sé porque no recibo noticias tuyas, ignora si es que no te encuentras bien, pero bien te agradecería me dieras el regalo de verte en mi casa.
    El tiempo es corto, pero se nos lo ha dado para amar y dar testimonio de la Nueva Noticia..
    La constancia en medio de la prueba 2: Eclesiástico 2

    2 1 Hijo, si te decides a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba.
    2 Endereza tu corazón, sé firme, y no te inquietes en el momento de la desgracia.
    3 Únete al Señor y no te separes, para que al final de tus días seas enaltecido.
    4 Acepta de buen grado todo lo que te suceda, y sé paciente en las vicisitudes de tu humillación.
    5 Porque el oro se purifica en el fuego, y los que agradan a Dios, en el crisol de la humillación.
    6 Confía en él, y él vendrá en tu ayuda, endereza tus caminos y espera en él.
    Un abrazo
    Sor.Cecilia

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