Desde el alba 
hasta 
el crepúsculo, 
  te tengo en mi mente
Dios mío,
como
la enamorada
fiel esperando
ver a su amado
en el umbral
de la puerta.
¿Cómo sería 
mi vida 
sí tú, mi Dios 
  no estuvieras conmigo?
¿Qué pasaría 
si mi corazón 
vacío
  continuara así, a través
de los años?
podría ir, 
lejos 
de tu 
espíritu?
espíritu?
¿a dónde 
huiría,
  lejos huiría,
de tu
presencia?
Me secaría 
como la rama 
del triste 
otoño,
otoño,
me agriaría 
como 
las frutas
  que no se las frutas
recogen
a su tiempo,
me
empequeñecería
como la larva
infeliz
de la tierra;
me endurecería
como
las piedras
imnensas
del sendero.
  Dios mío,
en el mar,
en las tinieblas,
en el horizonte
y en el invierno;
en las olas
del mar
y el sosiego
de un río,
allí te espero Dios
¿Me espera tú 
a mí también? 
Noris Capin

 
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