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La Hamaca
SON DE MAYO
En este mes suelo hacer un alto a la
memoria,
dejarla pasar por la curvatura de
las horas,
sin que sea advertida su admirable
sorpresa,
junto a mi corazón de maleza y son.
Y pienso que, a estas altura de mi existencia,
cuando el verso se queda atado a las
cabillas
de niebla eterna, no podría más que
aspirar
a un tenue sentir, levemente
arrodillada frente
al altar de Dios -pidiendo nada- de
lo poquísimo
que deseo tener ahora que ya es
tarde la luz
del porvenir.
En este mes de Mayo se me va la
vida, la veo volar
desde la selva, la siento como una
diosa olvidada,
llena de espina su follaje de sombra
y luz, colmada
de trayectos sin rumbo en el sonar lerdo
de paz.
Enérgico el mes en sus canciones, lento
de horas,
dotado de tantas situaciones largas,
tomadas
desde el suelo de la soledad, se
mece en su rumor
de honorable cántico sobre la
estación en flor.
Cuantos sentimientos abrigan mi
pecho la ternura,
el abrazo que cubre todas las noches,
dejados
al pie de los campos sin música,
como un quinqué de inmensa fosforescencia
alineado a la búsqueda de la
claridad del corazón.
Son de Mayo, mi ilusión es ser como tu
sombra,
llevando una lámpara a tus pies,
sintiendo la vida
tal como es, pintándola a mi forma, viéndola
partir a medida que se estremece en
canto llano,
yéndose de los portales en fe del
no sé qué.
Y no es la felicidad redentora la
que me prende
los ojos de luz, sino que, al arder
el día, de nívea
nitidez, me deja sentir que nada es
como el ser
que me acompaña.
Olá Noris,
ResponderEliminarcomo sempre um bom texto.
Um abraço,
Antonio Machado