Desde tus pensamientos
Un minuto de tu día encierra
tantas cosas: energías estresantes, emociones negativas, desasosiegos e
instantánea desdicha. Tómate un segundo
de tu agenda, cargada de obligaciones, de gestiones de larga lista, de
compromisos a cumplir o evadir, de juicios y litigios a resolver a cada hora
del día, para así entender el tiempo en donde estás ubicada.
¿Qué
hay para ti que deseas todo lo contrario, lo que no se negocie o se delega al
primer competidor o persona que se
enfrenta a ti cada mañana? ¿Cómo combatir la injusticia,
las exigencias de la
vida y la gente, las infracciones de otros que te afectan hasta la médula del
corazón, la etiqueta puesta en tu frente desde el amanecer por tu familia,
amistades y conocidos?
Tómate un instante, un
minuto para respirar ya que existe algo mejor para ti, algo que puede ser
efectivo en el viaje diario de tu existencia. Algo excelso como el asomo de una
ilusión o el vislumbre de la esperanza, o la señal de que vienen mejores épocas.
Mas, la ilusión, que no
solamente se define como en una novela de amor o un ruido que viene a despertarte
de la realidad que suele ser distinta a tus ojos, no es más que un mito que
se ven en las novelas y se clasifica como una fantasía. Existe algo que vibra dentro de ti y que precisa
ser revelado a ti misma, por ti misma.
La visión personal es lo que
late dentro de ti y te está llamando. Te está llamando para que te detengas en
medio de las energías estresantes, de las emociones negativas y los
desasosiegos que te tiran lejos de tu
propia dicha en cantidades presurosas.
Haz un alto y respira,
infunde con tu propio aliento lo que tu alma necesita, lo que atrae las
bendiciones de Dios, lo que no se compra porque no es una ganga o un artículo
"en venta" sino más bien es algo que desea salir de tu espíritu y tus
pensamientos con la ayuda de Dios, Todopoderoso.
El enfoque individual que,
de alguna forma fue desviado por la vida, pero que aún reverbera en tu mente y tu
espíritu, es como un torrente que desea regar los conductos armoniosos de tu
ser
a través del entusiasmo y el
amor propio.
Primeramente tienes que
aceptarte tal como eres —con tus defectos y virtudes—
con la lucidez y el discernimiento fiel y la
convicción de que una transformación es posible si se colocan todos los
factores positivos para ser considerados de un modo lógico, dados a tus deseos.
No puedes escuchar la
opinión de la gente sobre tu persona, no debes acceder a vivir bajo las
críticas y las derrotas de los demás. Jamás dejes que la gente te disminuya y
te lleve a un estado de depresión.
No te abandones a ti misma y
despierta, mira, indaga, disfruta y otorga lo mejor de ti a quienes te aman
y te respetan.
SON
DE SEPTIEMBRE
En la ternura suelo hacer un alto a
la memoria, dejarla pasar por la curvatura de las
horas sin que sea advertida o fracasada su admirable ola
de paz. Y pienso que, a estas alturas de la
vida, cuando el verso llega atado a las vigas
que paran la luz y la sombra, no podría aspirar
más que a un tenue sentir, fuertemente arrodillado a mi tiempo,
frente al altar
de Dios, pidiendo nada, de lo
poquísimo que deseo pedir.
Unas cuántas cosas abrigan mi pecho la
ternura: el tibio abrazo que deja la luna sobre el cántaro
colmado de agua,la plenitud del espejo vislumbrando un eterno
sueño; de alumbrar como un quinqué la
inmensa luz desde lo alto, sintiendo la andanza de un cuerpo
hacer música en mi alma como en los cuentos del ayer.
Mas la ternura es una santa
emperatriz que solloza, la llama que no se apaga nunca, de
tantas ilusiones colgadas se alza, plena, sobre la sepultura
y los petardos que pesan sobre mí diariamente...
Solo yo y el silencio hallamos el
agrado que termina por dejarse ver, entre los henos y
los almendros de la Patria, como una sinfonía, recostados al pie silente del mar que guarda mi secreto de isla.
Nada deseo para mí sino el gozo de
estar presente —junto al lago— o cerca de un árbol de
flores nuevas que da sus raíces a la tierra, unido a
los brotes de mi voz.
Y no es la dicha redentora lo que me
prende los ojos de luz, sino que, al arder el día —deblanca nitidez
y canto— hace de mi sufrir un pasadizo de conformidad
sobre la frente
y el abrazo imposible de mi amor.
Exigente es la ternura que no sabe andar
descalza por la víadolorosa de mis sueños, y quiere más de
sí misma y ansía la fe y ama, y aspira y crece sin
perecer el eco que la aflige más allá de la abundancia, de la
sequía perenne de su suerte.
En la ternura suelo hacer un alto a
la memoria, dejarla volar, a través de su voz, atravesando
la frontera de la existencia, salvando las
palabras de más, diciendo o mínimo y lo máximo, lo inexplicable de todos los tiempos.
Obra de Noris Capin en acrílico "La mariposa" |
Tantas
lluvias sobre mis hombros
me están
perforado los huesos.La lluvia, desde su candor emerge,
por encima de mi mente y, crece,
a toda velocidad para despertar
mi soledad de abstraído y lento viaje.
Y llegan para desarropar toda la sed
que merezco: airada voz, copiosa,
presente en mi ofrenda prendida
a las palabras.
Tantas lluvias y ya no sé si es arte
el teñir sus gotas de sangre, verlas
rodar por mi cuerpo, arroparlas,
negarles a ser raíz sobre el suelo
compartido.
No importa cómo vengan las lluvias
y, si están,
están para bañarme de su humildad
de agua, de su naturaleza heroica
que me mide el vigor hasta la cerviz
de mis pensamientos.
Tantas lluvias caladas a la hondonada
de llovizna gris, de monte eterno, de eco
derramándose contra mi tronco verde,
o a toda clase de fronda, caen, silentes,
y sin
sentir, sobre mi pecho.
SOLO EL AIRE
Me tomo un instante, siento
la brizna del aire abrazando
mi rostro. Cierro mis ojos.
No hay ejércitos ni plagas,
ni bombas de destrucción.
Sólo hay aire, hay oxigeno
circulando como un juguete
amado frente a mí.
No hay siglos ni hecatombes,
no existe más que el aire
dándome el sostén que urjo
en soledad, sacrificio y fe.
Solo el aire
se manifiesta en sensación
de vida, con ese efecto raro,
contrario a la muerte, eterno
fluir de gracia y gentileza.
Solo el aire, en su venir súbito
me despierta del intenso frío
para cubrirme. Solo el aire.
Desde mi puerta -Foto de N.C. 2014 |
SOLO EL AIRE
la brizna del aire abrazando
mi rostro. Cierro mis ojos.
No hay ejércitos ni plagas,
ni bombas de destrucción.
Sólo hay aire, hay oxigeno
circulando como un juguete
amado frente a mí.
No hay siglos ni hecatombes,
no existe más que el aire
dándome el sostén que urjo
en soledad, sacrificio y fe.
Solo el aire
se manifiesta en sensación
de vida, con ese efecto raro,
contrario a la muerte, eterno
fluir de gracia y gentileza.
Solo el aire, en su venir súbito
me despierta del intenso frío
para cubrirme. Solo el aire.
noris capin |
Hola Noris... Tus versos y tus pinturas que placer leer y ver... me encantan esas flores llenas de color tienen vida propia...
ResponderEliminarUn saludo...