VISITANTES: 28
TIEMPO DE SILENCIO
¡Cómo cambiamos con los años! cómo nos abrazamos a la vidriosa realidad de la vida, sabiendo que el mundo es falso como los dioses de eterna plenitud: dinero, caprichos, pasiones, fantasías y locuras. Sabemos pues, que todo lo que brilla no es oro, más seguimos las sendas doradas como si fueran a salvarnos del dolor y del desequilibrio que nos tira del brazo en un abrazar desprevenido y desprovisto de amor y misericordia.
Qué alivio es saber que hay personas que permanecen inmunes a las seducciones del mundo y están con nosotros y nos aman —presentes siempre— atentos a nuestro sentir que, en los momentos de inefable mutismo y desesperación, nos despiertan del caos para brindarnos la calma, para darnos la mano en medio de la tristeza.
De esa calma nace la presencia de Dios, la inconfundible abundancia que se extiende en el corazón y en el espíritu, la entereza que crece dentro de nuestro ser llevando un sentimiento de paz, amor y virtud a nuestra existencia. Solamente nosotros, en nuestra propia verdad, concebimos y experimentamos la serenidad propia, la bonanza que nadie entiende, la misma firmeza y filosofía que llega a los atrios de Dios y brilla —no dentro de la esfera mundana, por supuesto— pero si dentro de nuestro enorme sentir, que es el altar en donde se mantiene protegido el amor de las decepciones y de las tristezas del mundo. La paz sea con ustedes.
TIEMPO DE OBSERVAR
Acabo
de pintar el cielo de un color morado-azafrán salido de la tierra. Mis manos
palpitan, mis ojos observan la semejanza entre el cielo y la tierra. Y miro lo
cárdeno y la roja hebra de especia, desde la plenitud de la selva, sintiendo que
está aquí conmigo la salvación del tiempo en que duermo.
Observo
la vida desde la pequeñez y la insignificancia de todo lo que es ignorado,
desde las migas que han tirado los pájaros hasta las partículas peladas del
montón de grava en donde ahora me siento.
Y
descanso en el suelo, bajo el mismo techo que un día tapará mis huesos, y veo
los aserrines, las trizas, las sobras de las alimañas hacer una caverna en mi
alma y siento que la vida se compone de eso...
Observo
las moléculas, los organismos vivientes: arena, fragmentos de arcilla y limo
bermejo, cascajos de nueces dejados por las ardillas, y advierto que todo en la
vida es santo, y que todo crece al compás del tiempo en que reverdezco.
...Y que la Paz sea también contigo ¡Porque tu eres Dios para mí!
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenas tardes Noris. Has escrito para estos días una bellísima entrada,muy reflexiva y certera, me congratulo con estos pensamientos tuyos. FELICITACIONES!!!
ResponderEliminarFeliz Semana Santa y que Dios la Bendiga.
Un beso
Que el espíritu de la paz sea también contigo
ResponderEliminary que nos proteja siempre.
Un abrazo muy grande
Bella reflexion.. en el interno siempre éxiste un paraiso incorruptible por lo mundano donde Dios siempre nos regala cosas maravillosas... que alegria ver que en tu paraiso Dios ha hecho un bello trabajo, felicidades, muy bello todo lo que he leído, un abrazo desde México
ResponderEliminarHola Noris.. que bueno es tener tiempo, y aveces cuanto se añora esa falta de tiempo, para estar simplemente en silencio observando la vida que nos pasa por delante, que buenas reflexiones haces en tus entradas...un abrazo.
ResponderEliminarSiempre es agradable leer una buena reflexión. Mi cordial saludo.
ResponderEliminarTodo lo que escribes amiga me encanta!!!. Muchos cariños para ti y que tengas una linda semana!!! Besos.
ResponderEliminarLaura.
esta bueno el recordar que la vida es un ir y venir
ResponderEliminarcon muchos capitulos de la vida de uno, pero cada uno de ellas con un principio y fin
cada capitulo con su propia historia
felices pascuas y muy buena entrada
Hola Noris, tiempo, tiempo y más tiempo, eso es lo que a veces nos falta en una agenda tan ajetreada como la de nuestro tiempo.
ResponderEliminarExcelente reflexión, espero que hayas tenido una semana agradable en compañía de tus seres queridos y amigos.
Saludos desde felicidadenlavida;
Un saludo,
Francisco M.
Olá Noris,
ResponderEliminarque beleza de texto! Realmente o que fica da vida são os valores espirituais. Os amigos, as conquistas intelectuais e naturalmente são importantes as conquistas materiais - fruto de nosso trabalho.
Um grande abraço e um bom domingo