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¡Cómo cambiamos con los años! cómo nos abrazamos a la vidriosa realidad de la vida, sabiendo que el mundo es falso como los dioses de eterna plenitud: dinero, caprichos, pasiones, fantasías y locuras. Sabemos pues, que todo lo que brilla no es oro, más seguimos las sendas doradas como si fueran a salvarnos del dolor y del desequilibrio que nos tira del brazo en un abrazar desprevenido y desprovisto de amor y de misericordia.
Qué alivio es saber que hay personas que permanecen inmunes a las seducciones del mundo y están con nosotros y nos aman —presentes siempre— atentos a nuestro sentir que, en los momentos de inefable mutismo y desesperación, nos despiertan del caos para brindarnos la calma, para darnos la mano en medio de la tristeza.
De esa calma nace la presencia de Dios, la inconfundible abundancia que se extiende en el corazón y en el espíritu, la entereza que crece dentro de nuestro ser llevando un sentimiento de paz, amor y virtud a nuestra existencia. Solamente nosotros, en nuestra propia verdad, concebimos y experimentamos la serenidad propia, la bonanza que nadie entiende, la misma firmeza y filosofía que llega a los atrios de Dios y brilla —no dentro de la esfera mundana, por supuesto— pero si dentro de nuestro enorme sentir, que es el altar en donde se mantiene protegido el amor de las decepciones y de las tristezas del mundo. La paz sea con ustedes.
ME ALEGRA muchímo haberte encontrado, que me leas y dime lo que te deagrade....¡¡SI.SI!!
ResponderEliminarNunca tristes, la alegría a flote, pero en nuestra cajita de reserva tener a punto la fortaleza para que en los momentos duros no decaigamos, ¿No? Un abrazo
Hola entro a darte las gracias por tu visita, y a pasearme lentamente por tu blog, a leerte sin prisas, y a quedarme de seguidora. Un beso, te sigo.
ResponderEliminarMe alegra que me hayas encontrado, me gusta tu encabezamiento de tu blog, un blog que respira tranquilidad, amor y amistad.
ResponderEliminarComo bien dices con la calma nace la presencia de Dios.
Un abrazo
Bueno Noris ya me tienes en tu casa, vamos caminando con la gracia de Dios a saber vivir con intensidad cada momento.
ResponderEliminarte dejo un beso de ternura
Sor.Cecilia
Noris:
ResponderEliminarTu blog es bellísimo, lo voy a seguir y a visitar porque presiento que obtendré placeres visuales y estéticos. Gracias.
Un beso desde Buenos Aires
Federico
Hola Noris, vamos de la mano de Dios, El es nuestra fortaleza.
ResponderEliminarTu casita respira serenidad, es un placer.
Besos.
Hermosa reflexión. La Fe nos da la mano en el difícil caminar del día a día.
ResponderEliminarMe encanta tu espacio, con tu permiso me quedo y te sigo.
Abrazos de luz.
Vine siguiendo tu huella, me gusta el espacio, me quedo
ResponderEliminarUn abrazo
Noris, Dios es nuestro guía, nuestra fortaleza, sin El, que seria de nosotros?
ResponderEliminarAgrego tu blog también para no perderte de vista
Buen Domingo
Un abrazo
Un pie de foto que no deja indiferente a nadie y te hace reflexionar, tanto que llevas toda la razon en el, un abrazo desde Reinosa Noris.
ResponderEliminarhola Noris,
ResponderEliminarme encanta tu blog, nos hablas de Dios y la paz. Que la paz sea también contigo y con tods tus amig@s.
Ya te sigo^^
un fuerte abrazo carinoso^^
¡Hola Noris!!!
ResponderEliminarQue precioso reflexivo escrito. Dices muy bien, nuestra existencia- debe abrazarla- la paz, la fe, el amor y un sentimiento profundo de caridad, hacia el más necesitado. ¡Si no tengo caridad! ¡Nada soy!
Me ha encantado leerte. Te dejo mi gratitud y mi estima. Un abrazo y se feliz.
Noris que precioso y sabio texto, tus letras transmiten serenidad y paz.
ResponderEliminarGracias mil por tu visita en mi espacio y por tus bellas palabras para el...el tuyo es hermoso...me quedo.
Un inmenso y calido abrazo.
Pero que bendicion tan grande ha sido encontrarte y leerte. Muchas gracias por hacerme entender muchas ocsas. Si me lo permites me quedo por aqui para seguir deleitandome. Bendiciones!!!
ResponderEliminarGrato leerte, los bellos sentires expresados al mundo, siempre son bien recibidos.
ResponderEliminarCariños
Son unas muy gratificantes tus palabras, encantado de conocerte.
ResponderEliminarAbrazos.
HOLA NORIS
ResponderEliminarGRACIAS POR PASAR POR MI SITIO Y POR QUEDARTE COMO SEGUIDORA.
TU BLOG ES UN REMANSO DE PAZ, DE SOSIEGO PARA EL ALMA... DE ESPERANZA Y DE VIRTUDES.
BESITOS
GRACIAS POR BRINDARNOS ESTA POSIBILIDAD DE SENTIRNOS MEJOR A PESAR DE MUCHAS COSAS.
CARIÑOS
Hola Noris, bello y reflexivo texto, un placer leerte. Llenan mi alma de sentimientos tus letras. Te dejo un beso, cuidate mucho.
ResponderEliminarEs cierto que cambiamos con los años, pero cuando nos quedamos a solas con nuestros recuerdos vemos que no todo ha de ser material, algo mas necesitamos que alimente nuestro espíritu.
ResponderEliminarComo siempre muy buenas reflexiones las tuyas.........
Ante todo, gracias por tu visita, que me ha permitido conocerte.
ResponderEliminarMe encanta la profunda reflexión que has hecho, pues para mí Dios es algo tan importante en mi vida que no la concibo sin Él.
Besos
lo bueno de la imperfección es lograr la plenitud aun a costa de sacrificios, solo somos en nuestro interior, y ese es el reflejo del alma, saludos querida Noris
ResponderEliminarNoris, muy buena tu reflexión, me ha encantado...
ResponderEliminarun abrazo
maite
Me encanta que seas tú!!! y me encanta Virginia y me encanta este post pues siempre es maravilloso coincidir. Mantener la consciencia de la ilusión que es, en suma, la Vida. Buscarla en el espíritu, amarse para amar a los demás, evolucionar.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno desde el confín austral!
HOLA NORIS
ResponderEliminarPUES ENLAZAR MI SITIO CUANDO QUIERAS AMIGA MIA. ES UN HONOR PARA MI.
BESOS
Pero claro!!!, enlázame!, gracias por tus palabras... un beso!
ResponderEliminarHola Noris:
ResponderEliminarNo me siento ajena a las tentaciones del mundo, tengo muchos defectos como cualquiera, y quizás soy una más del montón, pero, a pesar de mis errores siempre estoy dispuesta al cambio, a mejorar y dar lo mejor de mí, con el único motor de mi vida que es el amor y mi fe.
Abrazos alados, amiga!