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domingo, 4 de enero de 2015

ATUENDO DE PÚAS

VISITANTES: 46
Obra hecha de papel, pastel y pluma
de Noris Capin

ATUENDO DE PÚAS
Camino con el ropaje de púas que me cedió la vida.
Lo traigo impregnado a mi piel tocando los huesos
de mi piel como para recordarme.
No tiene lentejuelas ni es verde -como la esperanza-,
lo llevo a cuestas, contra viento y marea, y el respiro
es solo tardo y puro volando como una bandera.
No tiene lazos y es más largo que  mi propia isla,
menos elegante que el mar y se ajusta al margen
de la memoria, y al bosque de las mil arboledas.
Un trozo de tela que cosí en mis sueños,
un lienzo, casi como una cáscara de almendra
tiesa adaptándose fiel a mi cuerpo.
Mi prenda de púas hinca los olvidos y los atraviesa,
hasta el corazón hecho de hierro y lo clava al panel
de las palabras que no se escuchan.
No se encoge ni se desbarata, pero se ahoga y llora
detrás del recuerdo y las sombras.
Un atuendo hecho de encaje, de azul oxigenado
y de entredós plateado -como la luna- no se quebranta
como el eco de nunca acabar que llevo puesto.
 
N.C.
"The Way Home"
Watercolor by Noris Capin
TELL ME WHY
 
Tell me why my thoughts are arid and my mind
is a desert --like a pond of empty frogs or a crypt
dangling its gloomy appearance on a quiet rock.
I cannot say why such aridness ruptures my soul
in half --similar to a voice from the deepest valley
that howls when is too sad to cry.
I cannot get back to a simple song that captures
my imagination --on a totally different tune
that beauty has forever loved.

noris capin
 

domingo, 28 de diciembre de 2014

TODO ES NUEVO


 
Obra sin terminar de Noris Capin
"Madona" 2013

 
TODO ES NUEVO
Todo es nuevo –y, quizás, demasiado sorprendente– tal vez es el halo de flores coronando mi cabeza.  Aquello que aparece en el portal de alguna soledad, puede ser enriquecedor a mis ojos.  Mis ojos llenos de luz que no se apagan o duermen.
No sé, todo se apretuja contra el tiempo y nada se abre al solemne cristal de papel en donde se mira la vida a través del sol. 
Lo nuevo sigue siendo primitivo y nada reemplaza el rostro del alba cuando mi fe renueva los campos a base de eterno sentimiento y solemnidad.
El amor, como verso, no sabe si reír o llorar; la juventud surca hacia otra edad más avanzada y la madurez se torna absurda en el primer capítulo de invierno. No entiendo.
Que labor tan ardua desear la vida sea un largo viaje, o un desembarcadero en donde salen los huesos desarmados, de tantos fracasos, para ser rehechos de miel y sombras –parecido a un rompecabezas sin principio ni fin– para luego sea abrazado a la gracia de su donaire y ternura.
Yo a mis coyunturas las pongo en remojo, y les unto un bálsamo a sus fibras verdes, ligeramente mutiladas, en donde duerme el perfume de flor en sueño orlado de plumas vírgenes.
Todo es ajeno, pero nada queda sin ser evaluado, y toda pequeñez ignorada se toma en cuenta e importa, asciende, se alza a otro nivel más amplio, más ingenuo de pensamiento.
Nada suple los años y todo queda en el sueño y  en la melodía de algún canto inmensamente extendido en el aire se cultiva la vida. 
 
 
DELICADA PRESENCIA
 
La virtud
del anciano,
la honra
del pobre,
la palabra
creadora
y dulce
no se oye.
El abrazo
generoso,
un beso
hondo,
una ilusión
temprana
 no se va.
La dicha
del manco
sin abrazo
se extingue,
el amor
del tuerto
se esconde
ignorando
la riqueza
de amar.
Eso,
no se dice
en ningún
sitio público,
no se insinúa,
y en el tren
no se anuncia,
se desconoce,
y en la larga
fila del cine
se olvida.

¿Qué es
más fuerte,
 la vida,
o la delicada
presencia
viva
del amor?

noris capin

sábado, 27 de diciembre de 2014

INFINITA NOCHE


Obra de Noris Capin
"Pliego Iluminado"

INFINITA NOCHE


Nada de lo perdido vendrá atado a la hierba,
nada, y por ser nada me alzo de la desolación
en donde estoy, y paso como una incógnita.
Mitad sonido y el resto son partículas de sal
que dejo pasar por mi lado, desde el estreno
de mis palabras hasta el final de los tiempos.
He oído la voz y centello, converso suficiente,
más de lo que soy y, de aquello que eternizo
en mi alma, no digo.
Estos días de andar como la lluvia son breves.
Recuerdo he salvado los pantanos descalza,
sin más velo que una túnica de matiz blanco
con que me cubro.
Y así será, porque no sé cómo desaparecer
sin ser percibida, en la infinita noche de ser
como un fantasma.
Triste en aislamiento y en concurrencias voy
a buscarte, hecho una mirada de esperanza
y aún así no estás.  Has subsistido en el aire
y todavía te veo volar como un pájaro.
Nada de lo perdido vendrá atado a la hierba
pero queda,y no se extravía o se estrecha.
noris capin 

domingo, 14 de diciembre de 2014

EN LOS COLORES

VISITANTES:285
Ay, ay!
Ay, ay, ay Christmas está aquí
y todavía es verano y no estoy.
De manera que mi ser no ha
despertado, no ha sido devoto
a los regalos que lograré
adquirir.
Mi pájaro sorprendido no ve
que ya es Christmas, lo sé,
lo veo en su boca ligeramente
abierta, extrañada, confusa,
del que compraré.
Allá él con las consecuencias
yo, sigo pintando.
N.C.
 
 
 Silueta de Silencio
Obra de Noris Capin
                       Lápices de color y pastel
                                            2013
 
EN LOS COLORES
Dentro de mi
silencio hay tantas cosas:
cosas imposibles,
indetectables y fervientes.
Sólo yo sé que existen
y viven dentro de mi invisible
coraza

 
de cuatro metros de distancia,
de millas y trecho por caminar,
de infranqueable paso
y lejana infancia.

 
Mas existen en el silencio,
en la oración, en los colores
y en el pensamiento.  

Dentro de mí existe el tiempo

que no se aleja, y en presente

silencio está, no cesa de hablar

de tantas cosas que nadie

entiende...
 

© Copyright
noris capin

domingo, 30 de noviembre de 2014

DESDE MIS POEMAS

VISITANTES: 273
 

La alegría del buen dador


«Debes dar siempre y sin que te pese, porque por esta acción el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas y emprendas.»

                                                                          Deuteronomio 15: 10
En estas fiestas, y siempre, el ser humano se siente abrumado y aplastado por esa sensación de deber que trae la Navidad.  Sin embargo no podemos medir con nuestras propias fuerzas, la inmensa satisfacción de ver a nuestros niños jugar con sus juguetes, o con un presente que desata la felicidad en sus rostros sin antes pensar en lo poco que tubo Jesús a la divina hora de nacer.
Y con un telescopio señalando el Norte, vemos los astros brillar y, nos preguntamos, qué buena estrella  nos enviará  Dios en el nuevo año o en la Navidad, algo que cumpla con los deleites de júbilo y paz que disfrutamos, sin que profesemos esa sensación de desarraigo y desacuerdo sino más bien sintamos la plenitud de Dios y la certeza de vivir.
Miramos, pues, a los desamparados que no tienen nada, y que no pueden comprar nada a sus hijos por cuestiones económicas o por las escaseces que les impiden el gozo inigualable de obsequiar. Ellos, por su propia dignidad, aceptan su situación, quizás, con cierta resignación y orgullo, admitiendo y contentándose con las minucias que reciben o dan.  No obstante nos dice Isaías, en el Capítulo 14, 30, lo siguiente: «Los pobres tendrán en mis campos pasto para sus rebaños, y la gente sin recursos descansará tranquila».
El derroche mata a los hombres y los encumbra, los dejan con la sensación de poder que no es más que el engreimiento de poseer los bienes que se compran con los dólares.  No caigan en la costumbre de alimentar el ego y de permanecer en ese estado de embriaguez por la fuerza que genera el dinero, que no proporciona o colma la felicidad, sino que facilita una insatisfacción personal muy grande junto a un vacío interno mucho mayor.
Más bien busquen la buena estrella de la armonía, del perdón que se pierde dentro del corazón del ser humano y se esconde.  Anden y persigan la felicidad personal, la única dicha que no se encuentra en la puesta del sol o en los recovecos de las calles sino en la inmensidad de uno mismo y de Dios.  Por tanto sepamos que el verdadero gozo del ser es el premio extraordinario que merecemos y la herencia que nos promete Dios, con la libre voluntad que nos sirve para escoger lo excelso de la vida en grandes y pequeñas cantidades.
Somos nosotros los que elegimos y, optamos, por excelencia, la dignidad que nos amolda a las normas de Dios para la salud integral y física de nuestros cuerpos: la veracidad del amor, la justicia, la bondad que abunda en el corazón del hombre, la sinceridad que fluye de un abrazo, la honestidad de las palabras, la nobleza al obsequiar lo simple, la humildad de no creerse superior a otros; la alegría de vivir y el agradecimiento. Estas pautas de espíritu y fuerza, sencillas y plenas, las podemos adoptar como permanencia de vida, como el indispensable obsequio de Dios.  Nada material es válido o provechoso para el bien del cristiano que honra la importancia de Dios en su existencia. Nada es permanente más  que la ayuda de Dios en momentos de rigor o desesperanza. Solo Dios es regalo que debemos esperar en la Navidad y que se complementa con la paz del alma y la unión con la Humanidad y con nosotros mismos.
Por otro lado, y sin ningún valor monetario, agradecemos una sonrisa, un abrazo de paz y una felicitación salida del corazón. Lo demás es mero consumismo, no olviden eso.
¿Qué solemnidad y honra, qué fama y admiración, qué mérito o poderío podría el ser humano imaginar mayor que el ser parte del amor de Dios, de la misericordia de Su Santa Voluntad y la vida venidera sobre todo obsequio mundano que no tiene sentido ni mérito?
¿Qué encontrarás debajo del papel de regalo sino algo sin vida, no como el rostro de Dios puesto dentro de tu corazón y tu alma, envuelto en bendiciones para el bien tuyo y los demás?
Nos dice la Palabra de Dios en Isaías Capítulo 12, Versículo 5,6 lo siguiente: «Canten al Señor, porque ha hecho algo grandioso que debe conocerse en toda la tierra. Den gritos de alegría, habitantes de Sión, porque el Dios Santo de Israel está en medio de ustedes con toda su grandeza.» 
por Noris Capin
 
 
 IMAGEN DEL DADOR ALEGRE
Con mi amiga Glorita,
con quien he servido en la Iglesia
de S.I. por veinte annos.
Septiembre del 2014
(Foto Oficial)

 
Museo de caracoles, Sanibel Island

SIEMPRE ESCUCHO

Siempre escucho
el sonido del mar
y siempre voy
a buscar el nácar
del mar en donde
no hay sonido
ni quejas, en donde
el silencio no peca
de ser mudo,
en donde los mudos
sueñan al hablar
de lo que escuchan
al no oír.
En donde el silencio
es fácil de sentir,
en donde se siente
el eco de la vida,
en donde es parte
de mi y de las olas
ser vida y voz.
Hoy he venido
a compartir mi risa,
que no se lamenta,
ni llora,
que no se malea
con el tiempo
ni se controla
con la sed de alba
ni con la tristeza
que me protege
en pensamiento.
Hoy preciso decir
que no estoy sola,
que la iluminación
de la vida insiste
en estar conmigo,
en el rayo de sol
que perdura, regresa,
vuelve a ser verde
su ocaso de lluvia;
en donde la flor
permanece, pulcra
su cintura,
su bella toga de  raíz
crece de por sí,
brota de la amapola
y de la plumilla
mañanera sale, aun,
a decir su nombre.
Hoy tengo que ser
como el vaivén
de los colores,
como el jazmín
del valle,
que no pierde
su noche debajo
de los montes
de la noche,
o deja de percibir
la vida después
de la racha dura
y sin horizonte.
Siempre escucho
la mar y tonifico
mi ser en canción
de cuna, y me veo
pasar sin hacer
ruido, sin perecer
en donde no hay
muerte, en donde
no existe el hilo
ruidoso de las cosas.
Hoy preciso ser arte,
verme pasar, mirar
la arribo del invierno
y abrigarme,
pintar hasta saturar
los pinceles de luz,
de arcoíris y de nube,
de verso complicado,
de imperfecto aliento
sobre el papel
de lienzo o por debajo
de la cumbre
en dónde está mi Dios.
Hoy deseo gastar
mi risa y desbordarla,
hacerla funcionar
con destreza, con fe,
con limón tostado,
hasta que mi voz
obtenga un soleado
cielo -desde lejos-
y luego se esconda.
Hoy voy a caminar
sin prisa, escribir
porque deseo ser
palabras, y quiero
ser brisa que arriba
desde aquí,
desde mis poemas
y mis cantares.
noris capin